lunes, 5 de noviembre de 2007

¿QUÉ LUGAR OCUPA HOY EN LA SOCIEDAD EL ADOLESCENTE CON RESPECTO A ÉPOCAS PASADAS?

Se hablaba de la adolescencia como construcción teórica del siglo XX. Esto no quiere decir que antes los adolescente no existían, sin embargo dicha etapa de cambios y conflictos no era tenida en cuenta hasta tanto se estudio sobre ella.
En otros tiempos el niño de golpe pasaba a ser adulto y con ello tomaba todas las responsabilidades que correspondían para esa etapa.
Con el estudio de la psicología evolutiva y de los cambios que se experimentan en cada momento vital, la sociedad fue cambiando y considerando a la adolescencia como un momento de transición entre la niñez y la adultez.
Así se fueron modificando leyes, no son las mismas penalizaciones para un menor que para un mayor de edad. Se modifico la escuela, junto con sus contenidos y exigencias, la entrada laboral fue restringiéndose y las familias también se acomodaron a estos cambios.
Hoy la sociedad conoce más al adolescente, e instrumenta mecanismos para ayudar en su desarrollo. Sin embargo muchas veces descarga sobre ellos problemáticas sociales que son mas amplias y que comprometen a otros sectores.
En esta sociedad tan compleja caracterizada por súbitos cambios ideológicos, políticos, económicos, tecnológicos y sociales, los adolescentes se encuentran frente a múltiples alternativas hacia las cuales orientar sus vidas. Esto reduce la posibilidad de que sus expectativas concuerden con la de los adultos, dado que estos conforman una generación que creció en medios contextuales con diferente estimulación y en ocasiones con distintos valores.
Desde esta óptica, las dificultades que encuentra el adolescente en esta sociedad posmoderna están relacionadas con la presencia de dos factores contradictorios: por un lado está el conflicto que vive entre los valores morales que le son inculcados (honestidad, amistad, igualdad), junto a la idea altamente valorada de que el individuo debe ser responsable de las consecuencias de su propia conducta, y por otro lado se enfrenta a los valores morales que observa en los adultos (dinero, comodidad, utilitarismo, traición, corrupción, especulación), males eternos del patrimonio de la humanidad, que encontramos en diferente épocas y lugares del devenir histórico, pero que en este momento son llevados a sus máximas expresiones.
Esta contradicción entre mensajes verbales y acciones reales que la sociedad y el mundo adulto reflejan al adolescente, se resume en la frase "Has lo que yo digo, no lo que yo hago" (E. Kalima, 1997; Pág. 20). Así por ejemplo es frecuente escuchar en la televisión contenidos disociados, como el relato de ciertos hechos reales escalofriantemente delictivos y sociopáticos escenificados por actores políticos y, un tiempo después, encontramos que los mismos autores del delito, reaparecen con toda la dignidad que da el poder, elevados a posiciones sociales legitimadas por los pueblos desmemoriados.
Además de esta falta de clarificación de valores y normas entre lo que la sociedad, las instituciones y los modelos adultos dicen por un lado y hacen por otro; se debe considerar que los adolescentes son asediados indiscriminadamente por una serie de mensajes de diferentes culturas, especialmente las de los países desarrollados, a través de medios masivos o nocivos de comunicación, los cuales les resultan complejos para descifrar, analizar y seleccionar.***

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